En un mundo azotado por la pandemia de COVID-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha presentado nuevas directrices sobre la actividad física, destacando su importancia crucial en la mejora de la salud y el bienestar. Estas directrices se presentan en un contexto donde la inactividad física representa un riesgo significativo para la salud global.
La necesidad de movimiento
Las nuevas directrices de la OMS subrayan que 5 millones de muertes al año podrían evitarse si las personas fueran más activas. Esto resalta la conexión directa entre la actividad física y la prevención de enfermedades, incluso en el contexto de restricciones por la pandemia.
Recomendaciones de la OMS
La OMS insta a los países a adoptar estas directrices para formular políticas nacionales de salud. El objetivo es alinearse con el Plan de acción mundial sobre actividad física 2018-2030, que busca reducir la inactividad física en un 15% para 2030.
- Adultos: Se recomienda entre 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana.
- Niños y adolescentes: Un promedio de 60 minutos de actividad física diaria.
- Adultos mayores: Se aconseja incorporar actividades para reforzar el equilibrio, la coordinación y el fortalecimiento muscular.
Impacto del sedentarismo
Las directrices de la OMS sobre actividad física son un llamado urgente a la acción en un momento crítico. Frente a los desafíos impuestos por la pandemia de COVID-19, nunca ha sido más importante fomentar estilos de vida activos. El sedentarismo también es un grave problema.
- Estadísticas alarmantes: Uno de cada cuatro adultos y cuatro de cada cinco adolescentes no realizan suficiente actividad física.
- Costos económicos: Se estima un gasto de 54 000 millones de dólares en atención sanitaria directa y 14 000 millones de dólares por pérdida de productividad debido a la inactividad.
Beneficios multidimensionales de la actividad física
La implementación de estas recomendaciones no solo puede salvar millones de vidas sino también mejorar la calidad de vida a nivel global. La responsabilidad recae tanto en los individuos como en los formuladores de políticas para crear entornos que favorezcan un estilo de vida más activo y saludable.
- Prevención de enfermedades: Es fundamental para prevenir y manejar enfermedades como las cardiopatías, la diabetes tipo 2 y el cáncer.
- Salud mental y cognitiva: Ayuda a reducir los síntomas de la depresión y la ansiedad, mejora la memoria y potencia la salud cerebral.
La visión de la OMS
- Cada movimiento cuenta: La OMS insiste en que cualquier actividad física, independientemente de su tipo y duración, puede mejorar la salud y el bienestar.
- Lucha contra el sedentarismo: Es vital contrarrestar los efectos nocivos del sedentarismo con más actividad física, especialmente para quienes pasan mucho tiempo sentados.